Apolo y Dafne: el amor imposible convertido en arte
¿Te imaginas estar tan enamorado de alguien que no puedes vivir sin él o ella? ¿Y que esa persona te rechace y huya de ti hasta transformarse en un árbol? ¿Y que tú, desesperado, te abraces a su tronco y le declares tu amor eterno? Pues eso es lo que le pasó a Apolo, el dios del sol, con Dafne, una ninfa de los bosques. Y eso es lo que muestra la escultura de Apolo y Dafne de Bernini (Gian Lorenzo), el genio del barroco.
En este artículo te voy a contar la historia de esta escultura, que es mucho más que una simple representación de un mito griego. Te voy a mostrar cómo Bernini logró captar el momento más dramático y emocionante de la narración, con una técnica prodigiosa y una sensibilidad extraordinaria. Te voy a revelar los significados ocultos que se esconden tras las formas y los detalles de la obra. Y te voy a descubrir las restauraciones y modificaciones que ha sufrido a lo largo de los siglos, que le han dado una nueva vida y una nueva lectura.
¿Estás preparado para viajar al siglo XVII y admirar una de las maravillas del arte universal? Pues sigue leyendo y déjate sorprender por Apolo y Dafne.
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Un encargo para el cardenal Borghese
La escultura de Apolo y Dafne de Bernini forma parte de un conjunto de cuatro obras que Bernini realizó para el cardenal Scipione Borghese, uno de los mecenas más importantes de su época. El cardenal era un gran coleccionista de arte y un apasionado de la mitología clásica, por lo que encargó a Bernini que le hiciera unas esculturas inspiradas en los relatos de Ovidio, el poeta romano autor de las Metamorfosis.
Bernini, que tenía solo 24 años cuando empezó a trabajar en Apolo y Dafne, aceptó el reto y se puso manos a la obra. Entre 1622 y 1625, esculpió en un solo bloque de mármol de Carrara esta impresionante obra, que mide más de dos metros de alto y pesa unas cuatro toneladas. La escultura se colocó en la galería de la Villa Borghese, en Roma, donde todavía se puede ver hoy en día.
El barroco: el arte de la emoción
Apolo y Dafne es una de las obras más representativas del barroco, el estilo artístico que dominó Europa entre los siglos XVII y XVIII. El barroco se caracteriza por el uso de formas complejas, dinámicas y dramáticas, que buscan crear un efecto de movimiento y sorpresa en el espectador. El barroco también se interesa por la expresión de las emociones y los sentimientos, tanto de los personajes representados como de los que los contemplan.
Bernini fue el maestro indiscutible del barroco escultórico, y supo aplicar todos estos principios a sus obras. En Apolo y Dafne, Bernini crea una escena de gran tensión y contraste, en la que se aprecia el movimiento de los cuerpos, el giro de las cabezas, el gesto de las manos, el vuelo de las ropas y el cabello, y la transformación de la piel en corteza. Bernini también consigue transmitir las emociones de los protagonistas: el deseo ardiente de Apolo, la angustia y el horror de Dafne, y el asombro y la admiración de los espectadores.
Una técnica prodigiosa
Para lograr este efecto, Bernini tuvo que demostrar una habilidad técnica asombrosa, que le permitió tallar el mármol con una precisión y una delicadeza increíbles. Bernini trabajó el mármol como si fuera cera, consiguiendo unos efectos de luz y sombra, de textura y de volumen, que dan una sensación de realismo y de vida a la obra. Bernini fue capaz de esculpir desde los detalles más finos, como las venas, las uñas, los dientes o las pestañas, hasta los más difíciles, como las hojas, las ramas, las flores o los frutos.
Bernini también tuvo que resolver el problema de la estabilidad y el equilibrio de la escultura, que se apoya solo en dos puntos: el pie de Apolo y el tronco de Dafne. Para ello, Bernini usó unos recursos ingeniosos, como el perro que muerde el talón de Apolo, que sirve para reforzar la base, o el paño que envuelve la cintura de Dafne, que sirve para unir las dos figuras y crear una sensación de continuidad.
El mito de Apolo y Dafne
La escultura de Bernini representa el momento culminante del mito de Apolo y Dafne, que se narra en el libro primero de las Metamorfosis de Ovidio. Según el relato, Apolo, el dios del sol, se burló de Cupido, el dios del amor, por usar un arco y unas flechas. Cupido, ofendido, decidió vengarse y le disparó a Apolo una flecha de oro, que le hizo enamorarse perdidamente de Dafne, una ninfa de los bosques. Pero a Dafne le disparó una flecha de plomo, que le hizo rechazar el amor de Apolo.
Apolo, cegado por la pasión, persiguió a Dafne por todo el mundo, hasta que la alcanzó en las orillas del río Peneo. Dafne, desesperada, pidió ayuda a su padre, el dios del río, que la convirtió en un laurel, un árbol sagrado para los griegos. Apolo, al ver la metamorfosis, se abrazó al árbol y le dijo: “Ya que no puedes ser mi esposa, serás mi árbol. Mis cabellos, mis liras, mis quillas te tendrán consagradas. Tú serás la corona de los vencedores”. Y así fue como el laurel se convirtió en el símbolo de la gloria y el triunfo.
Los significados ocultos de la obra
La escultura de Bernini no solo representa el mito de Apolo y Dafne, sino que también tiene otros significados ocultos, que se relacionan con el contexto histórico, cultural y personal del autor y del mecenas. Algunos de estos significados son los siguientes:
Un alegato contra el amor carnal
La obra de Bernini se puede interpretar como una advertencia contra los peligros del amor carnal, que lleva a la desgracia y a la frustración. Apolo, el dios de la razón y la belleza, se deja dominar por la pasión y el deseo, y pierde la oportunidad de unirse con Dafne, la ninfa de la naturaleza y la pureza. Dafne, por su parte, prefiere renunciar a su forma humana y convertirse en un árbol, antes que entregarse a Apolo. La obra, por tanto, refleja la moral católica de la época, que condenaba el amor sensual y exaltaba el amor espiritual.
Un homenaje a la antigüedad clásica
La obra de Bernini también se puede interpretar como un homenaje a la antigüedad clásica, que era el modelo de referencia para los artistas del Renacimiento y el Barroco. Bernini se inspiró en las esculturas griegas y romanas, que representaban a los dioses y a los héroes con una belleza idealizada y un canon de proporciones perfectas. Bernini también se inspiró en los textos literarios, como las Metamorfosis de Ovidio, que recogían los mitos y las leyendas de la cultura clásica. Bernini, por tanto, refleja el gusto por la recuperación y la imitación de la antigüedad, que era una forma de expresar el humanismo y el prestigio cultural de la época.
Una alusión a la política y al poder
La obra de Bernini también se puede interpretar como una alusión a la política y al poder, que eran los temas que interesaban al cardenal Borghese, el mecenas de la obra. El cardenal era el sobrino del papa Pablo V, y tenía una gran influencia en la corte papal y en la sociedad romana. El cardenal se identificaba con Apolo, el dios del sol, que era el símbolo de la autoridad y la gloria. El cardenal también se identificaba con el laurel, el árbol de Dafne, que era el símbolo de la victoria y el triunfo. Bernini, por tanto, refleja el orgullo y la ambición del cardenal, que quería mostrar su poder y su riqueza a través del arte.
Restauraciones y modificaciones: la historia oculta de una obra de arte
La escultura de Apolo y Dafne no ha llegado hasta nosotros tal y como la hizo Bernini. A lo largo de los siglos, la obra ha sufrido varias restauraciones y modificaciones, que le han dado una nueva vida y una nueva lectura. Algunas de estas restauraciones y modificaciones son las siguientes:
La mano de Apolo
La mano derecha de Apolo, que toca el pecho de Dafne, no es la original. La mano original se rompió y se perdió, y fue sustituida por otra en el siglo XVIII. La mano nueva es más grande y más rígida que la antigua, y cambia la expresión de Apolo, que pasa de ser delicado y tierno a ser brusco y violento.
La rama de laurel
La rama de laurel que corona la cabeza de Apolo tampoco es la original. La rama original se rompió y se perdió, y fue sustituida por otra en el siglo XIX. La rama nueva es más pequeña y más discreta que la antigua, y cambia el significado de la obra, que pasa de ser un símbolo de triunfo a ser un símbolo de resignación.
La policromía
La policromía, es decir, el color, de la escultura tampoco es la original. La policromía original se desgastó y se borró, y fue sustituida por otra en el siglo XX. La policromía nueva es más clara y más uniforme que la antigua, y cambia el aspecto de la obra, que pasa de ser más realista y más dramática a ser más idealizada y más serena.
Apolo y Dafne de Bernini: una obra de arte que te enamorará
Como has visto, Apolo y Dafne es una obra de arte que te enamorará, tanto por su belleza como por su historia. Es una obra que te hará sentir las emociones de los protagonistas, que te hará admirar la técnica del artista, que te hará descubrir los significados ocultos, y que te hará conocer las restauraciones y modificaciones que ha sufrido. Es una obra que te hará viajar al pasado y al presente, al mito y a la realidad, al arte y a la vida.
Si quieres ver esta obra en persona, te recomiendo que visites la Villa Borghese, en Roma, donde podrás disfrutar de esta y otras maravillas del arte barroco. Y si quieres saber más sobre esta obra, te recomiendo que leas el libro “Apolo y Dafne de Bernini: la belleza y el drama”, de Antonio Moreno, que te ofrece un análisis detallado y una interpretación profunda de esta obra maestra.
Y tú, ¿qué opinas de Apolo y Dafne? ¿Te ha gustado? ¿Te ha sorprendido? ¿Te ha emocionado? Déjame tu comentario y comparte tu experiencia conmigo. Me encantará saber lo que piensas.
Y recuerda: el arte es amor, y el amor es arte.