La salvaje historia de amor y venganza que escandalizó a la sociedad victoriana
“Cumbres Borrascosas” se ha consolidado como una de las obras cumbre de la literatura universal, un relato que trasciende épocas y generaciones gracias a su despiadada honestidad y la intensidad de sus personajes. Publicada en 1847 bajo el seudónimo de Ellis Bell, la única novela de Emily Brontë desconcertó a la sociedad victoriana con su cruda representación de las pasiones humanas y su compleja estructura narrativa. Sin embargo, tras esta historia ampliamente conocida de amor tormentoso entre Catherine Earnshaw y Heathcliff se esconden matices, contradicciones y controversias que han sido relegados a un segundo plano en favor de la romántica visión que perdura en el imaginario colectivo. A continuación, descubriremos los aspectos menos conocidos y las interpretaciones alternativas de esta obra maestra de la literatura gótica.
El contexto familiar y la gestación de una obra revolucionaria
La vida de Emily Brontë transcurrió mayoritariamente entre las paredes de la pequeña casa parroquial de Haworth, en Yorkshire, donde creció junto a sus hermanas Charlotte y Anne, también escritoras de renombre. Hijas de Patrick Brontë, un clérigo irlandés, y huérfanas de madre desde temprana edad, las hermanas desarrollaron un mundo imaginario propio, alimentado por las lecturas y los inhóspitos páramos que rodeaban su hogar.
¿Os imagináis crecer en una casa donde la muerte era una invitada habitual? Porque en casa de los Brontë, la parca no se andaba con chiquitas. La madre, Maria, estiró la pata cuando Emily apenas tenía tres años. Después vinieron las muertes de sus hermanas mayores, Maria y Elizabeth. Y por si fuera poco, comparten techo con un padre que colecciona armas y las dispara cada noche por la ventana para “mantener a raya a los ladrones”. Normal que la pequeña Emily acabara escribiendo sobre personajes tóxicos que se dedican a destruirse mutuamente. Lo raro es que las hermanas no acabaran convertidas en asesinas en serie.
La obra nació en este peculiar ambiente familiar, repleto de pérdidas y aislamiento, pero también de una intensa vida intelectual. Las hermanas Brontë tuvieron acceso a la biblioteca de su padre y al periódico local, lo que les permitió desarrollar una visión crítica de la sociedad victoriana a pesar de su relativo aislamiento.
La revolucionaria estructura narrativa
Una de las características más notables de “Cumbres Borrascosas” es su compleja estructura narrativa. La historia nos llega a través de Lockwood, un arrendatario de Thrushcross Grange que conoce a un envejecido y amargado Heathcliff. Intrigado por el extraño ambiente que reina en Cumbres Borrascosas, Lockwood pide a Nelly Dean, el ama de llaves, que le cuente la historia de sus habitantes. Esta narración enmarcada, con múltiples voces narrativas, era inusual para la época y permitió a Brontë presentar diferentes perspectivas sobre los mismos acontecimientos.
Vamos a ser sinceros: Emily Brontë inventó el “Inception” de la literatura mucho antes que Christopher Nolan. Un tipo le cuenta a otro tipo lo que le contó una mujer sobre lo que dijo otra persona… ¡Y todo esto en 1847! Si hubiera vivido en nuestra época, seguramente habría creado una serie de Netflix con tantas líneas temporales que necesitaríamos un doctorado en física cuántica para seguirla. Aunque, seamos justos, sus contemporáneos ya se rascaban la cabeza intentando entender quién demonios estaba contando la historia en cada momento.
Esta estructura no solo era innovadora sino que servía a un propósito narrativo: la distancia que ofrecen los narradores permite al lector formar su propio juicio sobre los personajes y sus acciones, una técnica que anticipa muchos de los desarrollos de la novela moderna.
Los personajes de Cumbres Borrascosas: mucho más que una historia de amor
Heathcliff: ¿héroe romántico o villano despiadado?
La figura de Heathcliff ha sido tradicionalmente interpretada como la del héroe byroniano por excelencia: oscuro, apasionado y atormentado. Sin embargo, una lectura más atenta revela a un personaje de una complejidad extraordinaria que trasciende los arquetipos románticos.
Adoptado como un niño huérfano por el Sr. Earnshaw, Heathcliff experimenta un amor incondicional por Catherine que se transforma en un odio destructivo cuando ella decide casarse con Edgar Linton. Su venganza, meticulosamente planeada y ejecutada a lo largo de décadas, lo convierte en un personaje moralmente ambiguo, capaz de actos de extrema crueldad.
Si Heathcliff viviera hoy, tendríamos un hashtag #HeathcliffIsOverParty trending en Twitter y probablemente unas cuantas órdenes de alejamiento en su contra. El tipo secuestra a una adolescente para obligarla a casarse con su hijo enfermo, maltrata psicológicamente a todo ser viviente que se cruza en su camino y cuelga perritos como pasatiempo. ¿Y aun así millones de lectores suspiran por él? Quizás deberíamos replantearnos colectivamente nuestra definición de “atractivo”, porque claramente algo está fallando si este sociópata sigue siendo considerado uno de los grandes galanes de la literatura.
Los críticos modernos han señalado que el comportamiento de Heathcliff presenta características propias de un abusador: manipulación, control, aislamiento de sus víctimas y violencia física y psicológica. Su origen desconocido y su posible ascendencia gitana o española también han sido objeto de análisis desde perspectivas poscoloniales, que ven en su personaje una representación del “otro” racial en la Inglaterra victoriana.
Catherine Earnshaw: rebeldía y conformismo
Catherine Earnshaw es otro personaje de extraordinaria complejidad. Su célebre declaración “Yo soy Heathcliff” ha sido interpretada como la expresión máxima del amor romántico, pero también puede leerse como una afirmación de identidad que trasciende las convenciones sociales y de género de la época.
Catherine Earnshaw sería hoy esa amiga que te escribe borracha a las tres de la mañana diciendo que ha dejado a su novio porque “no la entiende”, para luego subir al día siguiente fotos de ambos con el hashtag #couplegoals. Su indecisión entre el salvaje Heathcliff y el refinado Edgar Linton no es más que el eterno dilema entre el chico malo que te hace sentir viva y el tipo aburrido pero estable con el que tu madre estaría encantada. La diferencia es que Catherine lo llevó al extremo de morirse literalmente de la angustia. Drama queen nivel: experta.
La decisión de Catherine de casarse con Edgar Linton en lugar de con Heathcliff, a pesar de su profundo amor por este último, ilustra las limitaciones sociales que enfrentaban las mujeres en la sociedad victoriana. Su matrimonio con Linton le ofrece estatus social y seguridad económica, mientras que una unión con Heathcliff la habría condenado a la pobreza y la marginalidad.
La muerte de Catherine en el parto, tras un encuentro emocionalmente intenso con Heathcliff, puede interpretarse como el castigo narrativo a su transgresión: intentar mantener una conexión emocional con Heathcliff mientras está casada con otro hombre.
El páramo como personaje: naturaleza salvaje y espejo del alma humana
El escenario donde se desarrolla la historia, los páramos de Yorkshire, no es un simple telón de fondo sino un elemento esencial en la construcción narrativa y simbólica de la novela. El paisaje agreste, azotado por los vientos y las tormentas, funciona como un espejo del alma tormentosa de los protagonistas.
La dicotomía entre Cumbres Borrascosas, la casa de los Earnshaw, situada en lo alto del páramo y expuesta a los elementos, y Thrushcross Grange, la mansión refinada de los Linton, ubicada en el valle, refleja la oposición entre naturaleza y civilización, pasión y convención social, que vertebra toda la novela.
Si el páramo de Yorkshire tuviera perfil en una app de citas, su bio diría: “Me gustan los largos paseos bajo la lluvia torrencial, los amaneceres neblinosos y hacer que la gente se pierda y muera congelada”. Emily Brontë convirtió este pedazo de tierra inglesa en el equivalente paisajístico de un terapeuta que te dice: “Cuéntame más sobre tu infancia traumática”. No es casualidad que cuando los personajes están emocionalmente destrozados acaben vagando por el páramo, como si no tuvieran suficiente con sus propios dramas y necesitaran que la naturaleza les recordara lo insignificantes que son. Si el páramo fuera una persona, sería ese amigo que te dice “te lo advertí” cada vez que te rompen el corazón.
Emily Brontë, que pasó gran parte de su vida en estos parajes, logró capturar como pocos la relación íntima entre el ser humano y su entorno natural. Esta conexión profunda con la naturaleza salvaje anticipa muchas de las preocupaciones ecológicas contemporáneas y constituye uno de los aspectos más modernos de la novela.
Las generaciones en espejo: repetición y redención
Una de las características más fascinantes de “Cumbres Borrascosas” es su estructura cíclica. La historia abarca dos generaciones y muestra cómo los pecados de los padres se repiten en los hijos. La segunda generación, formada por Catherine Linton (hija de Catherine Earnshaw), Hareton Earnshaw (sobrino de Hindley) y Linton Heathcliff (hijo de Heathcliff), replica inicialmente los conflictos de sus predecesores.
Sin embargo, Brontë introduce un elemento redentor en esta repetición: la joven Catherine, inicialmente tan orgullosa y caprichosa como su madre, aprende de sus errores y logra romper el ciclo de odio y venganza, estableciendo una relación amorosa con Hareton basada en el respeto mutuo.
Si “Cumbres Borrascosas” fuera una serie de Netflix, la segunda temporada sería esa secuela que nadie pidió pero que acabó siendo sorprendentemente satisfactoria. Después de una primera parte donde todos se comportan como psicópatas, la generación siguiente parece haber aprendido algo de terapia. Es como si Emily Brontë dijera: “Vale, os he mostrado lo peor de la naturaleza humana, ahora os dejo un final medianamente esperanzador para que no os tiréis por la ventana después de leer mi libro”. Aunque, seamos sinceros, todos seguimos recordando el drama tóxico de la primera generación porque, admitámoslo, nos encanta el drama.
Esta resolución optimista ha sido interpretada de diversas maneras. Algunos críticos la ven como una concesión de Brontë a las convenciones narrativas de su época, que exigían un final moralmente edificante. Otros, sin embargo, consideran que este desenlace refleja una visión más matizada de la naturaleza humana, capaz tanto de destrucción como de redención.
La recepción crítica: de escándalo victoriano a clásico universal
Cuando “Cumbres Borrascosas” se publicó en 1847, la recepción crítica fue mayoritariamente negativa. Los críticos victorianos, acostumbrados a novelas que respetaban las convenciones morales y sociales de la época, se escandalizaron ante la crudeza de las pasiones representadas y la amoralidad de muchos de los personajes.
Un crítico de la época llegó a describirla como “una extraña producción mórbida” y otro afirmó que era “un libro desagradable y repulsivo”. La identidad real de su autora, una mujer joven y sin experiencia mundana, añadió aún más perplejidad a la recepción inicial de la obra.
Los críticos victorianos reaccionaron a “Cumbres Borrascosas” como esos padres que descubren el historial de navegación de sus hijos adolescentes: con una mezcla de horror, fascinación y negación. “¡Santo cielo! ¿Cómo puede una señorita decente escribir sobre pasiones tan… tan… indecentes?”, se preguntaban mientras seguramente releían a escondidas los pasajes más escandalosos. Y cuando descubrieron que el autor no era el señor Ellis Bell sino la señorita Emily Brontë, casi les da un síncope colectivo. Es la versión victoriana de descubrir que tu tía, la que hace punto mientras ve documentales sobre la vida silvestre, escribe fan fiction erótica en internet.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la novela fue ganando adeptos. Figuras literarias de la talla de Virginia Woolf reconocieron su genialidad. Woolf escribió sobre ella: “Es como si ella pudiera desgarrar las almas de sus personajes y mostrarnos sus entrañas”.
La adaptación de la novela a otros medios, especialmente al cine y la televisión, ha contribuido a su popularización y a la consolidación de su estatus como clásico universal. Desde la versión de William Wyler de 1939, con Laurence Olivier y Merle Oberon como protagonistas, hasta las más recientes adaptaciones televisivas, cada generación ha reinterpretado “Cumbres Borrascosas” a través de su propia sensibilidad.
El legado de Emily Brontë: una vida breve, una obra eterna
Emily Brontë murió de tuberculosis en diciembre de 1848, apenas un año después de la publicación de “Cumbres Borrascosas” y sin llegar a conocer el impacto que su obra tendría en la literatura posterior. Su muerte a los 30 años, precedida por la de su hermano Branwell y seguida poco después por la de su hermana Anne, añade una dimensión trágica a su legado literario.
A diferencia de sus hermanas Charlotte y Anne, Emily publicó una única novela, lo que ha contribuido a crear un aura de misterio en torno a su figura. Los escasos datos biográficos disponibles han sido objeto de numerosas especulaciones y han alimentado la imagen romántica de la autora solitaria inspirada por los páramos.
Emily Brontë es la definición perfecta de “morir en tu mejor momento profesional”. Un solo libro y ¡boom! Inmortalidad literaria asegurada. Es como si hubiera dicho: “Mirad, voy a escribir esta novela que va a volver locos a todos durante siglos, y luego me voy”. Ni giras de promoción, ni entrevistas incómodas, ni tener que escribir una secuela para satisfacer a la editorial. Muchos escritores actuales, atrapados en contratos para trilogías que se estiran como chicle, seguramente envidian su trayectoria. Un golpe maestro y adiós. Emily practicó el minimalismo antes de que fuera tendencia.
Más allá de estas proyecciones, lo cierto es que “Cumbres Borrascosas” representa una de las expresiones más poderosas del romanticismo en la literatura inglesa, combinando elementos de la novela gótica, el romanticismo y el realismo social para crear una obra única que continúa desafiando categorizaciones simplistas.
La influencia de Brontë se extiende mucho más allá de la literatura, alcanzando la música, las artes visuales y la cultura popular. Desde la canción “Wuthering Heights” de Kate Bush hasta las innumerables referencias en otras obras literarias, la historia de Catherine y Heathcliff ha impregnado el imaginario colectivo como pocos relatos literarios.
Los temas universales: más allá del romance gótico
Aunque “Cumbres Borrascosas” se ha leído tradicionalmente como una historia de amor trágico, la obra aborda temas mucho más amplios y universales que explican su perdurable relevancia.
La exploración de la naturaleza humana
La novela ofrece una visión descarnada de la psicología humana, explorando las contradicciones internas, los impulsos destructivos y la capacidad tanto para el amor incondicional como para el odio implacable. Esta complejidad moral anticipa muchos de los desarrollos de la literatura psicológica posterior.
Si el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) necesitara ejemplos literarios, “Cumbres Borrascosas” ocuparía un capítulo entero. Heathcliff presenta todos los síntomas del trastorno antisocial de la personalidad con un toque de narcisismo maligno; Catherine podría ser el caso de estudio perfecto para el trastorno límite; Hindley es la definición andante de alcoholismo autodestructivo… Es como si Emily Brontë hubiera anticipado 150 años de psiquiatría moderna mientras estaba sentada en su salón bordando o lo que fuera que hicieran las señoritas victorianas para pasar el rato. Probablemente sus contemporáneos pensaban que estaba escribiendo sobre fantasmas y romances prohibidos, cuando en realidad estaba diseccionando la psique humana con la precisión de un cirujano con muy mala leche.
Crítica social y de clase
A través de la historia de Heathcliff, un niño de origen desconocido que es adoptado por una familia de terratenientes, Brontë examina las rígidas barreras de clase de la sociedad victoriana y sus consecuencias destructivas. La transformación de Heathcliff de niño marginado a poderoso terrateniente ofrece una crítica implícita a un sistema social basado en la herencia y el linaje.
La novela también aborda las limitadas opciones disponibles para las mujeres de la época, para quienes el matrimonio era prácticamente la única vía de supervivencia económica y social. La decisión de Catherine de casarse con Edgar Linton por su posición social, a pesar de su amor por Heathcliff, ilustra estas restricciones.
La lucha entre naturaleza y civilización
Como se ha mencionado anteriormente, uno de los temas centrales de “Cumbres Borrascosas” es la tensión entre los impulsos naturales y las restricciones sociales. Catherine y Heathcliff representan las fuerzas primordiales de la pasión y la libertad, mientras que los Linton encarnan la civilización refinada pero restrictiva.
Esta dicotomía, representada simbólicamente en la oposición entre el páramo salvaje y los espacios domésticos civilizados, refleja una preocupación central del romanticismo: la pérdida de autenticidad y conexión con la naturaleza que conlleva el proceso civilizatorio.
Conclusión: Una obra inagotable
“Cumbres Borrascosas” continúa fascinando a lectores y críticos más de 170 años después de su publicación, lo que demuestra la profundidad y universalidad de sus temas. La historia de Catherine y Heathcliff trasciende el marco del romance gótico victoriano para plantear cuestiones fundamentales sobre la naturaleza humana, el poder transformador (y destructor) de las pasiones y las limitaciones impuestas por las convenciones sociales.
La capacidad de la novela para generar interpretaciones diversas y a veces contradictorias es quizás su mayor virtud. “Cumbres Borrascosas” nos invita a cuestionar nuestras propias concepciones sobre el amor, la moralidad y la redención, ofreciéndonos no respuestas cerradas sino un espejo en el que contemplar la complejidad de la experiencia humana.
Gracias por acompañarnos en este recorrido por una de las obras más fascinantes de la literatura universal. Si te ha interesado descubrir estas perspectivas alternativas sobre “Cumbres Borrascosas”, te invitamos a explorar otros clásicos literarios desde nuevas miradas en nuestra página principal.
Preguntas frecuentes sobre Cumbres Borrascosas
¿Cuándo se publicó Cumbres Borrascosas?
Cumbres Borrascosas fue publicada en diciembre de 1847 bajo el seudónimo de Ellis Bell. La verdadera identidad de su autora, Emily Brontë, no fue revelada hasta después de su muerte.
¿Por qué Cumbres Borrascosas causó escándalo en su época?
La novela escandalizó a la sociedad victoriana por su cruda representación de las pasiones humanas, la amoralidad de sus personajes y su violencia psicológica y física. Los críticos la calificaron como “desagradable” y “mórbida”, muy alejada de los estándares morales de la época.
¿Qué representa Heathcliff en la novela?
Heathcliff es un personaje complejo que encarna múltiples significados: representa la figura del héroe byroniano, la marginalidad social y racial, la fuerza descontrolada de la naturaleza y la destructiva obsesión por la venganza. Su carácter ha sido interpretado tanto como un símbolo romántico como una crítica a las estructuras de poder victorianas.
¿Es Cumbres Borrascosas una historia de amor?
Aunque suele clasificarse como una historia de amor trágico, Cumbres Borrascosas trasciende ampliamente este género. Es también una novela sobre venganza, lucha de clases, obsesión, identidad y el conflicto entre naturaleza y civilización. La relación entre Catherine y Heathcliff es tan destructiva como apasionada, alejándose de idealizaciones románticas convencionales.
¿Por qué es importante la estructura narrativa de la novela?
La estructura de narraciones enmarcadas (Lockwood que cuenta lo que le narró Nelly Dean) era revolucionaria para su época. Esta técnica permite presentar múltiples perspectivas sobre los mismos hechos, cuestionar la fiabilidad de los narradores y crear distancia emocional, invitando al lector a formar su propio juicio sobre los personajes.
¿Qué simboliza el páramo en Cumbres Borrascosas?
El páramo representa la naturaleza salvaje e indómita, espejo de las pasiones de los protagonistas. Funciona como contrapunto a los espacios civilizados y como símbolo de libertad. También actúa como un personaje más, influyendo en el desarrollo de la trama y en la psicología de los personajes, especialmente en la conexión espiritual entre Catherine y Heathcliff.
¿Cuántas novelas escribió Emily Brontë?
Emily Brontë escribió una única novela: Cumbres Borrascosas. También compuso numerosos poemas, recopilados junto a los de sus hermanas Charlotte y Anne. Su temprana muerte a los 30 años, apenas un año después de la publicación de su novela, truncó lo que podría haber sido una prolífica carrera literaria.
¿Qué significa la frase “Yo soy Heathcliff” de Catherine?
Esta declaración es una de las más analizadas de la literatura. Puede interpretarse como una expresión de amor absoluto que trasciende las barreras individuales, pero también como una afirmación de identidad compartida que desafía las convenciones sociales. Refleja la compleja relación entre ambos personajes, unidos por un vínculo que va más allá del amor romántico convencional.
¿Por qué la segunda generación es importante en la novela?
La historia de la segunda generación (Catherine Linton, Hareton Earnshaw y Linton Heathcliff) ofrece un contrapunto a la tragedia de la primera. Inicialmente repiten los errores de sus padres, pero finalmente rompen el ciclo de odio y venganza, sugiriendo la posibilidad de redención y aprendizaje. Esta estructura cíclica enriquece la complejidad temática de la obra.
¿Cuáles son las mejores adaptaciones de Cumbres Borrascosas?
Entre las adaptaciones más destacadas se encuentran la película de 1939 dirigida por William Wyler con Laurence Olivier y Merle Oberon; la versión de 1992 con Ralph Fiennes y Juliette Binoche; y la miniserie de la BBC de 2009 con Tom Hardy como Heathcliff. Cada adaptación enfatiza diferentes aspectos de la compleja novela, desde el romance gótico hasta la crítica social.
RECOMENDACIONES LITERARIAS
La fascinación por los mundos góticos, los amores prohibidos y las relaciones complejas que nos presenta “Cumbres Borrascosas” encuentra eco en otras grandes obras de la literatura. Si te ha cautivado la historia de Catherine y Heathcliff, estas recomendaciones te sumergirán en universos literarios igualmente apasionantes.
Rebeca – Daphne du Maurier
La magistral novela de Du Maurier te transportará a Manderley, una mansión tan imponente y llena de secretos como Cumbres Borrascosas. A través de los ojos de una joven e insegura segunda esposa, descubrirás el fantasma metafórico de Rebeca, la primera mujer del enigmático Maxim de Winter, cuya presencia parece impregnar cada rincón de la propiedad. Al igual que en la obra de Brontë, los escenarios góticos y las pasiones turbias se entrelazan en una narrativa hipnotizante que explora las complejidades psicológicas del deseo, la obsesión y los secretos familiares.
Pertinencia: Si disfrutaste de la atmósfera opresiva y los elementos góticos de Cumbres Borrascosas, “Rebeca” ofrece una inmersión similar en las complejas dinámicas de poder dentro de una gran casa y el peso de los fantasmas del pasado en el presente de sus protagonistas.
Villette – Charlotte Brontë
La hermana de Emily nos brinda en “Villette” una perspectiva profundamente psicológica a través de Lucy Snowe, una protagonista compleja y poco convencional. Esta novela, menos conocida que “Jane Eyre” pero igualmente magistral, explora la soledad, la independencia femenina y la búsqueda de identidad en una sociedad restrictiva. La introspección y el viaje emocional de Lucy te transportarán a un mundo interior tan salvaje como los páramos de Yorkshire, demostrando que la revolución literaria fue un asunto familiar para las hermanas Brontë.
Pertinencia: Descubrirás las similitudes y diferencias en el enfoque narrativo de las hermanas Brontë, apreciando cómo Charlotte explora la psicología femenina con una mirada igualmente penetrante pero distintiva a la de Emily en Cumbres Borrascosas.
Los misterios de Udolfo – Ann Radcliffe
Sumérgete en una de las obras fundacionales de la novela gótica que tanto influenció a las hermanas Brontë. Radcliffe nos presenta a Emily St. Aubert, una joven que debe enfrentarse a terrores sobrenaturales y humanos en el siniestro castillo de Udolfo. Esta obra, publicada en 1794, estableció muchos de los tropos del género que luego Emily Brontë reinterpretaría de forma magistral: mansiones aisladas, villanos byronianos, heroínas resilientes y un ambiente cargado de misterio y presagios.
Pertinencia: Esta lectura te permitirá apreciar las raíces literarias de Cumbres Borrascosas, entendiendo cómo Emily Brontë transformó las convenciones góticas para crear una obra revolucionaria que trascendió el género.
Tess, la de los d’Urberville – Thomas Hardy
Hardy nos presenta en Tess a una heroína trágica cuyo destino está marcado por las convenciones sociales y la hipocresía victoriana. Al igual que Catherine Earnshaw, Tess se ve atrapada entre sus propios deseos y las expectativas de una sociedad implacable. La novela explora temas como el determinismo, la injusticia social y la doble moral sexual con una prosa que captura magistralmente los paisajes rurales ingleses, tan vívidos y simbólicos como los páramos en la obra de Brontë.
Pertinencia: Si te interesó la crítica social implícita en Cumbres Borrascosas y la forma en que el entorno natural refleja y amplifica los estados emocionales de los personajes, encontrarás en “Tess” una exploración igualmente poderosa de estos elementos.
El cuento número trece – Diane Setterfield
Esta novela contemporánea rinde homenaje a la tradición gótica victoriana con una historia dentro de otra historia. Margaret Lea, una librera solitaria, es contratada por la famosa escritora Vida Winter para escribir su biografía. A medida que Winter revela su misterioso pasado, lleno de gemelas, casas encantadas y secretos familiares, Margaret descubre inquietantes paralelismos con su propia vida. Setterfield crea un tributo moderno a la tradición literaria de las Brontë con una narrativa que te mantendrá en vilo hasta la última página.
Pertinencia: Esta obra contemporánea demuestra la influencia perdurable de novelas como Cumbres Borrascosas en la literatura actual, reinterpretando elementos góticos clásicos para un público moderno sin perder la profundidad psicológica y la atmósfera inmersiva.